Un cuento precioso, al final, la luna sabe como la vida, a lo que cada uno de nosotros quiere saborear. Y detrás de la sencillez de este cuento se esconden grandes valores. Ni el más fuerte es el más poderoso ni somos invencibles. A veces el que consideran más pequeño e insignificante es el que llega más lejos y más alto, porque encierra dentro el enorme tesoro de la humildad y la constancia.
Este vídeo es el producto de un intenso trabajo en equipo y está hecho con mucho cariño, por tanto, inevitable que esté precioso.
Os animo a comprobarlo pinchando en la imagen.
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